lunes, 9 de febrero de 2015

La necesaria fortaleza emocional


El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo.
Séneca

Emoción: sentimiento intenso que uno experimenta por un hecho, una idea, un recuerdo... en diferentes formas: alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco, enfado.

Según la teoría de James-Lange (de William James y Carl Lange), sobre la naturaleza y la transmisión de las emociones, la corteza cerebral recibe e interpreta los estímulos sensoriales que las provocan, y a través del sistema nervioso autónomo (o vegetativo) y del sistema nervioso somático, produce estímulos viscerales y musculares, respectivamente, con respuestas cardiovasculares, respiratorias, digestivas, etc., y la percepción sensorial de estas respuestas se interpretan como emociones. Modelo de la fisiología de la emoción rebatido por la teoría de Cannon-Bard (biopsicología de la emoción de Walter Cannon y Philip Bard), según la cual los estímulos emocionales tienen dos efectos excitatorios independientes: del cerebro y de los sistemas autónomo y somático, de modo que la emoción y la reacción ante un estímulo serían simultáneas.

Tras este preámbulo fisiológico, pasamos al núcleo de las emociones y su control. 

Todos nos vamos a morir, aquí no se va a quedar nadie. Una realidad que hay que aceptar y que nos negamos a reconocer, porque pensar en la muerte nos produce una enorme angustia. Para evitar un sufrimiento excesivo, para ser menos desgraciados o incluso para ser felices, se nos aconseja la fortaleza emocional, ser emocionalmente fuertes. Esta fortaleza o control de las emociones puede ser en algún caso una virtud innata, pero generalmente el dominio de uno mismo precisa aprendizaje. 

En el artículo Educar la mente para ser feliz, Rafael Santandreu concreta esta fortaleza emocional: evitar que la tristeza se convierta en depresión, que la inquietud se convierta en ansiedad, que el enfado (la rabia, la ira) se convierta en una enfermedad, que la vergüenza se convierta en timidez pronunciada”. Y dice que el aprendizaje para ser fuerte emocionalmente debería enseñarse en las escuelas. Creo que no sólo en ellas, pero también. El quid de la cuestión está en incidir en los tres elementos que conforman nuestro estado mental: la conducta, las emociones y los pensamientos.

Siguiendo a Santadreu, la fortaleza emocional contrarresta las emociones negativas (o más bien desagradables), que si se imponen nos impiden llevar una vida plena, o de otra manera: una vida sana. Sabemos que el principal problema humano es el temor, del que nadie se libra; el temor diversificado en muchos temores, fundados e infundados. La clave está en librarse de los temores infundados, absurdos o irracionales. Pero también en desdramatizar, en evitar el tremendismo, en no imponernos excesivas exigencias ni metas, en no obsesionarnos con nada, en no esperar demasiado de los demás y, seguramente lo más difícil, en la capacidad de resiliencia (capacidad de afrontar la adversidad), de sobreponerse al dolor emocional y a las situaciones adversas, en una sociedad hostil que nos condiciona.

He tratado de concretar el sentido de la fuerza emocional, me he esforzado en comprender y he puesto algo de mi parte (ya quisiera yo vencer la debilidad que me atenaza tantas veces y poseer la fórmula infalible que la eliminase definitivamente). Pero lean el artículo de Santandreu para aclarar más dudas [tienen el enlace arriba] y escúchenlo en este vídeo de uno de los escasos programas televisivos de interés.

El cambio y la fortaleza emocional
La base de la salud emocional es necesitar poco para ser feliz

Emoción y sentimientoLas emociones son reacciones neurofisiológicas desencadenadas por un estímulo interno o externo. Los sentimientos son la interpretación que hacemos de esas emociones.


Sentimientos (positivos/negativos):
amor/odio, admiración/envidia, esperanza/desesperanza, preocupación/despreocupación, gratitud/ingratitud, satisfacción/culpa...

Aforismos sobre las emociones*
  • Es conveniente el equilibrio entre razón y emoción.
  • No hay emociones buenas y malas, sino agradables y desagradables.
  • Ojos que no ven, corazón que no siente. Refrán
Y añado:
  • No debemos dejarnos dominar por las emociones, por supuesto, pero quizá tampoco controlarlas, sino expresarlas en la justa medida.
  • La emotividad impuesta a la racionalidad causa mucho sufrimiento.
*Sobre cada emoción en particular: v. en pestaña «Aforismos».


Reboté hacia él
y desesperadamente,
le escupí mi asco.
L. FALCO, Tres apuntes

ANEXO: POEMAS SOBRE LAS EMOCIONES
[6 emociones básicas: Sorpresa, Asco, Enfado –Ira–, Miedo, Tristeza, Alegría]

–ASCO (Aversión, Repugnacia, Desagrado, Disgusto, Fastidio)
La zambullida, Ezra Pound
Soplosorbos, Oliverio Girondo
Tres apuntes, Líber Falco

–SORPRESA (Asombro, Pasmo, Extrañeza, Fascinación, Susto, Sobresalto)
Sorpresa, Federico García Lorca
Una sorpresa, Evaristo Carriego

Sostengo mi rostro entre mis manos.
No, no estoy llorando.
Sostengo mi rostro entre mis manos para mantener calmada mi tristeza...
THICH NHAT HANH, Poema sobre la ira

–IRA (Enfado, Enojo, Rabia, Resentimiento, Odio, Rencor, Venganza)
Con pálido calor, ardiendo en ira (Soneto 181), Lope de Vega
Encargo, Julio Cortázar –autodesprecio
Fata la parte, Juan del Encina [Análisis AQUÍ] –venganzacrimen pasional
Enxiemplo del león que se mató con ira, Juan Ruíz Arcipreste de Hita
Poema sobre la ira, Thich Nhat Hanh
Portazos, Miguel de Unamuno

Fata la parte, fata la parte tutt' ogni cal,
qu'es morta la muller de miçer Cotal.
Porque l'hai trovato con un españolo en su casa solo,
luego l'hai maçato. Lui se l'ha escapato por forsa y por arte.
J. DEL ENCINA

Fata la parte, Juan del Encina

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