martes, 3 de marzo de 2015

Médico y poeta gallego


Tomo prestada una sinopsis de la novela La hermana San Sulpicio, de Armando Palacio Valdés (1853-1938), 
El joven Ceferino Sanjurjo, médico y poeta gallego conoce en el balneario de Marmolejo a una simpática monjita sevillana, la hermana San Sulpicio, de cuya gracia y belleza queda prendado. Sanjurjo interroga con suma discreción a la madre Florentina, superiora de la orden a la que aquélla pertenece, y se entera de que en esa congregación se renuevan los votos cada cuatro años, y a la linda y graciosa novicia le falta sólo un mes para confirmar o no los suyos”.
El personaje es citado por Ángel Ganivet en la XII de las Cartas finlandesas:
La única persona a quien yo envidio a ratos en el mundo es un gallego natural de Viana del Bollo y casado con una sevillana graciosísima, Gloria Bermúdez; y no le envidio la mujer, sino la facilidad que Dios le dio para describir todas las cosas. «Ceferino Sanjurjo, poeta descriptivo», reza la tarjeta de este hombre feliz, dado a conocer por Armando Palacio Valdés en su novela La hermana San Sulpicio, y recordado por mí siempre que cojo la pluma para describir algo y la suelto sin haber descrito nada. Sin duda tengo atrofiada la circunvolución cerebral donde habita el genio de las descripciones, porque de otro modo no me explico que teniendo dos ojos perfectamente sanos, una memoria fiel y una voluntad decidida, no me sea posible dar cuenta de lo que veo.
Ceferino Sanjurjo, médico y poeta. ¡Vaya! Conozco a un médico de familia que se llama Ceferino y que es gallego. Pero que no se apellida Sanjurjo, no le conozco producción poética y, que yo sepa, no se ha enamorado de una monja andaluza (ni de otro origen). Da igual. ¿Acaso no hay médicos poetas gallegos? ¿Y cuántos médicos gallegos, poetas o no, habrán ejercido o están ejerciendo en Andalucía? ¿Y en otros lugares allende la frontera galaica? ¿Y en qué lugar del mundo no hay un gallego cargado de poesía? ¿Y aún más allá...?

"O bosque" (El bosque), poema de Luis Pimentel (médico y poeta)

Cada árbol coa súa sombra.
Didiante da túa casa hai un árbol 
amigo e solitario.
Mais iste é un bosque
de repetidas sombras verticales.

LUIS PIMENTEL, O bosque

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