lunes, 19 de octubre de 2015

Médicos escritores y viceversa


La medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante
ANTÓN CHÉJOV

Consideramos médico escritor a quien se dedica a la medicina y ejerce como escritor en el tiempo que no la practica. Y escritor médico a quien al acabar la carrera abandona la medicina para ganarse la vida como escritor profesional. Los médicos escritores entrarían en la categoría de "médicos humanistas", si bien debiera ser el ideal de todos los galenos abrazar las humanidades, de cara a un mejor ejercicio profesional y por la insuficiencia de la ciencia médica como único reducto del saber (en palabras de Letamendi: "Quien solo sabe medicina, ni medicina sabe"). De los escritores médicos no podríamos decir otro tanto, al no estar supeditados a un estricto horario laboral como aquellos. Y aunque la división entre médicos escritores y escritores médicos sea simplista, podemos darla por válida a efectos prácticos. Dicho lo cual, veamos a continuación algunos ejemplos significativos de unos y de otros.


Médicos escritores

Escritores médicos

Antón Chéjov no dudaba en sentenciar lo que encabeza esta entrada: “La medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante”. Era un escritor que se había formado como médico. A diferencia de Chejov, Arthur Conan Doyle no trató de mantener a dos mujeres a la vez: tras diez años infructuosos dedicados a la medicina, abandonó esta para dedicarse a la literatura. Podríamos decir de él que dejó de ser médico para poder ser escritor, aunque no pudiese retirar de su cabeza aquello que había marcado la primera parte de su existencia. En otros no está clara la línea divisoria que los pueda definir como médicos escritores o escritores médicos. Y algunos, como Thomas Browne o Albert Schweitzer, fueron más allá: se adentraron en diversos campos del conocimiento y pueden considerarse verdaderos polímatas.
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