miércoles, 25 de noviembre de 2015

La hiperaccesibilidad como problema


La accesibilidad se ha convertido en hiperaccesibilidad. La solución que se planteaba para dar acceso a las familias que trabajan, para evitar absentismo escolar, como son las consultas de tarde, se llenan de pacientes cuyos padres están en el paro y que esa mañana no acudieron al colegio por encontrarse enfermos. Esto impide que se pueda ofertar el tiempo necesario a aquellos que de verdad usarían el servicio con responsabilidad. La accesibilidad, llevada al extremo se ha convertido en un problema muy grave para las personas que usan los servicios con responsabilidad, ya que les limita su acceso.  
La sobreutilización de las consultas de los centros de Atención Primaria es un problema que afecta tanto a médicos de familia como a pediatras. La asistencia a pacientes sin cita, o fuera de agenda, mal llamados urgentes o no demorables (pues no son urgentes y su atención es francamente demorable), es percibida por el personal de los equipos de AP como una circunstancia que trastorna el ritmo de las consultas, sobre todo al considerarse la mayoría de ellas como injustificadas. 
Por otra parte, la hiperaccesibilidad contribuye a la inadecuación de la demanda. Es más fácil ver al pediatra que al orientador del instituto, que a la trabajadora social del ayuntamiento o del propio centro de salud, que a su dentista de cabecera, etc. Y se pretende que el pediatra se encargue de resolver cualquier problema, médico o no médico, del niño. Esta es otra forma de inadecuación de la demanda, en la que los pediatras tenemos también cierta responsabilidad, pues no sabemos reconocer nuestras limitaciones y nos atrevemos a dar consejos para los cuales no estamos capacitados, lo que fomenta también la alta frecuentación y la pediatra-dependencia.  
Extractos del artículo: Sobrecarga asistencial y accesibilidad desmedida: el fracaso del éxito, por R. Jiménez Alés

Sobre la #hiperaccesibilidad ya alertaba el doctor Enrique Gavilán en su particular nido: "La accesibilidad de la Atención Primaria y sus trampas". Se llega a un abuso extremo que el Dr. Gavilán denomina "tiranía de la atención aguda". Valga de ejemplo un paciente que solicita una cita "urgente" en un centro de salud que no le corresponde, en la misma localidad del suyo, aduciendo un motivo de comodidad y no una comprensible justificación: "Porque me queda más cerca de mi lugar de trabajo". ¡Vaya respuesta convincente! Y no es un caso aislado o anecdótico, sino una muestra más de comportamiento inadecuado en el ámbito sanitario, merecedor de estudio en nuestra peculiar sociología de la salud.

Cuando una agenda normal se duplica, podemos decir en pareado:

Agenda doble o doble agenda:
accesibilidad sin rienda.

(Y si se triplica, que no es raro, cámbiese el "doble" por "triple".)

No puede aceptarse que un servicio social se convierta en servidumbre de unos para perjuicio de otros. No nos llevemos a engaño, la accesibilidad que en principio es una dimensión de calidad (en salud), se convierte fácilmente por exceso en un factor de degradación de la atención asistencial. Y más en un sistema solidario, universal y "gratuito", en el que es preciso una regulación de la asistencia en su entrada (sin que suponga obstaculización), para que no acabe desmoronándose.

También cabe una puntualización. El paciente no acude a su centro de salud por problemas menores, sino por síntomas que no sabe interpretar y que antes sabía valorar. Se ha fomentado la prevención a toda costa, infundido temor y vendido accesibilidad. Consecuencia: demanda creciente hasta el caos asistencial.

La hiperaccesibilidad es un problema, un gran problema, acaso el principal problema en atención primaria. Es la accesibilidad ilimitada o transformada metafóricamente en ‘barra libre’. Por eso en el acceso a los servicios sanitarios es necesario un mínimo de orden, de comprensión y de respeto a las normas.

Doctor's Office
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ADENDA [Dic. 2016].- "La accesibilidad no es lo mismo que la inmediatez", dice el doctor Sergio Minué. Quizá el término inmediatez (asistencial) sea menos forzado que el de hiperaccesibilidad. En cualquier caso se entiende el hecho de una misma inconveniencia que se vuelve contra el paciente.

En definitiva, la "hiperaccesibilidad" –o "inmediatez"–, como degeneración de la accesibilidad, es el gran problema de la atención primaria. Perjudica a quienes usan con responsabilidad los servicios o no campan a sus anchas. Impide una atención saludable, va en contra del paciente y acaba con la moral del médico. Urge una ordenación de la asistencia sanitaria sin ganancia política de nadie. 

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