viernes, 30 de enero de 2009

Enseñanza y Atención sanitaria


El objetivo de la enseñanza es que los alumnos aprendanEl objetivo de la sanidad es que los ciudadanos tengan una protección adecuada de su salud.

Leyendo un artículo de opinión sobre la comprensión lectora de los estudiantes, me doy cuenta de la similitud de dificultades que tienen educadores y profesionales sanitarios, y en particular maestros y médicos generales, como consecuencia de errores de planificación y organizativos en sus respectivos sistemas, educativo y sanitario.

Me quedo con los puntos esenciales que atañen a maestros y alumnos:
  • No debiera plantearse el objetivo de leer más, sino mejor.
  • El sistema (educativo) sigue empeñado en afrontar nuevas materias y conocimientos, aunque el alumno no tenga la base imprescindible.
  • Retrocedimos en comprensión lectora.
  • Hay una obsesión por todo menos por lo esencial.
  • Muchos libros y mucha tecnología con horarios apretados.
  • Poco tiempo para la lectura pausada, la comprensión y la asimilación.
  • Las presiones de los padres y de la Administración dificultan la labor de los buenos maestros.
  • Sin entender, el alumno avanza a trancas y barrancas… hacia el fracaso.
Y los parangono con la actividad médica y su repercusión en el paciente:
  • No debiera plantearse el objetivo de atender a más usuarios, sino adecuadamente.
  • El sistema (sanitario) sigue empeñado en aumentar la cartera de servicios, por más que algunos servicios básicos sean insuficientemente brindados.
  • Retrocedimos en comunicación médico-paciente.
  • Hay una obsesión por obtener datos y no por resolver los problemas.
  • Mucha formación continuada con escasa aplicación práctica.
  • Poco tiempo para satisfacer las necesidades de cada paciente.
  • Las presiones de los usuarios y de la Administración dificultan la labor de los buenos médicos de familia.
  • Sin eficacia ni eficiencia, se avanza a duras penas... hacia la insatisfacción general.

En definitiva, la calidad se ve mermada en ambos casos –con diferencias intercomunitarias–, y en el primer nivel sanitario tal vez más por una rémora creciente: la burocracia; una cuestión palpitante que, lejos de resolverse, se redobla (se ha estimado que el papeleo supone al menos un 40% del tiempo disponible en consulta de Atención Primaria). Educación y Sanidad, dos pilares sociales básicos, precisan en Hispania de voluntad política y eliminación de barreras partidistas; probablemente las mejoras hayan de venir propiciadas por pactos estatales. Si esa voluntad no llega, ambas seguirán yendo a la deriva.
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Fuente de inspiración:
Currás C. Lectura, lectura, lectura. La Voz de Galicia 2008; Sec. Opinión: Nuestra escuela; p. 17.

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