viernes, 9 de julio de 2010

Españolanda


El Campeonato del Mundo de Futbol 2010, que se está celebrando en Sudáfrica y toca a su fin, acapara el interés de los aficionados hispanos que, por primera vez en la historia, aguardan la victoria en la final que, el próximo domingo día 11 de julio, disputará su equipo nacional contra el de Holanda. La selección de este país derrotó en la semifinal a la de Uruguay, mientras la de España hacía lo propio con la todopoderosa Alemania, que esperaba la revancha de su derrota en el decisivo encuentro del último Campeonato de Europa (Eurocopa 2008), al tiempo que su confiada afición desconfiaba de las predicciones del pulpo Paul, el marino “pitoniso” del acuario Sea Life de la ciudad alemana de Oberhausen –que ha ido de acierto en acierto–, y acababa llorando su eliminación. El impresionante remate de cabeza de Puyol fue definitivo (foto). Alegría de unos y tristeza de otros. Ahora el sueño mundialista pertenece a los de la camiseta roja, siempre que su intensidad supere a los de la naranja; lo que es de esperar si confiamos ciegamente en el último vaticinio del pulpo adivino. Se verá en la contienda decisiva, bajo la sonoridad (¿musical?) de las vuvuzelas, en el estadio Soccer City de Johannesburgo:

HOLANDA ESPAÑA
***
11 de julio de 2010. Resultado final:

Holanda 0 - España 1

¡España es campeona del mundo de fútbol!
Los aficionados hispanos celebran la victoria. La locura colectiva se advierte en las calles. Pasada la fiesta, el común de los mortales, temporalmente olvidado de pesares por la lúdica pasión futbolera, retornará a sus miserias.

2 comentarios:

  1. Que viva España!!!!!!!!!!!!
    Grandioso triunfo amigo mio, desde el Perú te mando todo mi cariño y toda clase de parabienes por esta gran hora del fútbol español.
    GRANDE ESPAÑA, CAMPEON DEL MUNDO.

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  2. Aunque me gusta el fútbol, querido Tony, reconozco que no soy un forofo al uso. Disfruto con el buen juego, pero procuro poner cotas al fanatismo extra-deportivo. Y sin embargo, creo que esta victoria ha venido bien para disipar, al menos transitoriamente, algunos fantasmas interiores -nacionales- que atenazan nuestra social complejidad. ¡Ay, si la unión trascendiera el deporte del balompié...!
    Un saludo afectuoso desde este otro lado del charco.

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