Doble arcoiris |
Ha ido disminuyendo el número de puestos laborales (en el
sector público y en el privado) y aumentando consecuentemente el paro laboral. Se han ido recortando salarios, a la par que subiendo impuestos y servicios. En consecuencia, el consumo ha ido bajando, en un círculo vicioso de
empobrecimiento generalizado (desde afuera advierten sobre la miseria) que alarma y paraliza, haciéndonos pasar de la
indignación a la resignación, de la protesta al abatimiento. No hay que olvidar la alteración anímica, en forma de
trastornos de ansiedad y depresiones de diferente intensidad, que en el extremo
de la desesperación ha llevado a muchos, desahuciados por diferentes motivos, a
la autolesión y a la consumación del suicidio. Es probable un aumento de la tasa de suicidios (faltan datos estadísticos), epidemiológicamente predecible
y susceptible de aplicar medidas preventivas.
La acción política ha estado marcada por la insensatez y el
abuso de poder, con una evidente minusvaloración de la función pública, que he
sentido particularmente en mi sector, el sanitario, y la continua petición de sacrificios. Con la cínica excusa de la
sostenibilidad del sistema, tratando de justificar recortes e
ignorando derroches previos provocados por imprevisión o por temeridad, o
incluso por vanidad. Se han improvisado formas de copago sanitario, en
un auténtico desorden regulatorio. No es raro que se financie lo superfluo
(p.ej. lencería terapéutica) y se excluya lo básico (p.ej. odontología
reparadora). Las propuestas de trabajar más (horas) por menos (salario) nos
retrotraen a lejanos tiempos de esclavitud productiva, cuando más horas de trabajo puede significar menos productividad.
Las nuevas aplicaciones de gestión en los servicios
sanitarios públicos nos ha llevado a analizar el nuevo concepto de "externalización", frente a la privatización. Formulación teórica que la reciente puesta en práctica en Madrid dirá si se extiende o se combate. Es poca la transparencia y
escaso el diálogo, mucha en cambio la arrogancia política y abundante la descortesía. Por eso se cuestiona la prédica populista de una sanidad pública, universal, gratuita y de calidad. Y porque la merma de derechos y la imposición de medidas cicateras son el pan sanitario de
cada día. ¡Ay!, esperemos que esto cambie e impere la cordura.
Reiterando lo dicho a fin de año de 2010, sigamos confiando en que el futuro traiga la sensatez a esta tierra, tan sobrada de improvisaciones y chapuzas. Y aunque nos cueste, sonriamos a la vida. Algún día habrá de salir el sol…
Reiterando lo dicho a fin de año de 2010, sigamos confiando en que el futuro traiga la sensatez a esta tierra, tan sobrada de improvisaciones y chapuzas. Y aunque nos cueste, sonriamos a la vida. Algún día habrá de salir el sol…
¡FELIZ 2013!
"O sole mío", en clave de jazz
[Vídeo post., por eliminación del previo]