jueves, 9 de marzo de 2017

Un diligente doctor


Un médico de familia que acude al domicilio del paciente, en este caso un paciente singular... Y eso sí, se desplaza en un vehículo oficial. Como debe ser.

Valga esta infantil animación de contrapunto sonriente a nuestra sesuda entrada anterior sobre la reorganización de las urgencias, que creemos necesaria en un tiempo en el que la asistencia ha cambiado mucho. Abogamos por una atención urgente y sosegada, en centro sanitario o domiciliaria. Hacer dos cosas a la vez no es bueno, y acaso imposible ("soplar y sorber, no puede ser"). La atención programada simultaneada con la urgente está condicionada por el tiempo, que hay que repartir, con pérdida en una y otra, lo que limita las respuestas (se hacen insuficientes o inadecuadas) y favorece la comisión de errores.

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